Irremediable (The Salesman)

    The Salesman nos presenta a un joven matrimonio que se tiene que mudar de casa porque su edificio actual se viene abajo. A través de un amigo de Emad (el esposo), encuentran un pequeño apartamento en el que vivirán de manera temporal hasta encontrar una nueva casa. Al parecer, la antigua inquilina, de la que Emad y Rana (la esposa) no saben gran cosa, era una mujer promiscua. Una noche, Rana deja la puerta de la casa abierta mientras se duchaba pensando que llegaría su esposo, pero resultó ser un hombre relacionado con la anterior inquilina.  

    Asghar Farhadi desarrolla a los personajes con gran profundidad, acercándolos a un realismo que dista mucho de la ficción narrativa. Ante la supuesta agresión sexual, digo supuesta porque el asunto no queda claro, que recibe Rana, el matrimonio opta por adoptar dos reacciones muy diferentes que los acabaran separando. Emad, una persona afable y cercana, acabará perdiendo la compostura que le caracteriza cegado por buscar una venganza para su mujer. Una de sus nuevas vecinas pone en palabras los pensamientos que abruman la mente de Emad: ‘’esa clase de gente merece sufrir un castigo público’’.  Tras conocer lo que pretende Emad, vemos como todas las acciones que lleva acabo están centradas en conseguir su propósito, llegando incluso a pedir ayuda a uno de los niños a los que da clase para que su padre localice la matrícula de la camioneta del agresor.

    Rana por su parte decide optar por el perdón y el olvido. Quiere superar la situación cuanto antes, mudarse de casa otra vez y olvidar todo lo que ha pasado. Evita hablar con la policía para no tener que hacer una declaración pública sobre lo ocurrido e intenta una y otra vez que Emad lo deje estar, pero el no entiende que por mucho que pueda hacer pagar al agresor por lo que le hizo a su mujer, el daño ya está hecho y es irreparable. Rana lo sabe, pero es incapaz de hacérselo ver a su marido.

    Lo más llamativo de la película es que la causalidad con la que actúan los actores según sus intenciones choca frontalmente con la casualidad de los eventos importantes dentro del largometraje. Resulta ser una casualidad que la noche en la que Rana le dice a Emad que vaya a comprar algo de desayuno, se cuele un desconocido en su casa. De todas las noches en las que podría haber ido el anciano a esa casa, sucede justo la noche que Emad no está y que Rana deja abierta la puerta de casa pensando que el que subía era su marido. A su vez, resulta también una casualidad que sea el verdadero causante de la agresión el que aparezca en la antigua casa de Emad, en vez del joven panadero que todos esperábamos que apareciese.


Una película muy dura y que sin ninguna duda te mantiene pegado a la pantalla. Os dejo por aquí el tráiler para que os animéis a verla:




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