Entre barro y muerte (1917)

    1917 abre con un claro verde donde descansan los cabos Blake y Schofield que enseguida se sumergen en las trincheras para recibir una misión. La misión encomendada por parte del alto mando consiste en hacer llegar al General Erinmore la orden de detener el ataque que estaba previsto para el amanecer del día siguiente. Blake y Schofield tienen que cruzar varios kilómetros de tierra de nadie, trincheras alemanas supuestamente abandonadas y un pueblo derruido en unas pocas horas. 

    Contra todo pronóstico y de manera un tanto inverosímil consiguen completar la misión, aunque Blake muere por el camino. La verosimilitud del relato tambalea cuando Blake y Schofield sobreviven a una explosión de una carga de dinamita dentro de una trinchera, de la que salen ilesos, descontando la ceguera temporal que sufre Schofield por el polvo que ha levantado la explosión. Y también cuando los soldados alemanes no consiguen acertar en disparar al cuerpo a Schofield a menos de 3 metros en varias ocasiones. 

    1917 es una película bélica y todas las herramientas que se usan para llevarla acabo están centradas en ello. El falso plano secuencia convierte al espectador en el tercer soldado y nos trasmite de una manera muy realista como eran las trincheras de la Primera Guerra Mundial; ratas por doquier, pisando soldados muertos hundidos en el barro… Los diálogos también están al servicio de la guerra; los soldados apostando sobre que día es, como Schoflied cambia su insignia por una botella de vino porque tenía sed, la historieta que cuenta Blake sobre como una rata arrancó la oreja de Wilco. Y la música que acompaña a todas las acciones de los personajes dándole más tensión al relato. Una puesta en escena increíble.

    Cuando Blake muere, el capitán Smith le dice a Schofield una frase que me interpeló directamente: ‘’Es inútil darle vueltas’’. Hacía unos pocos minutos que Blake le había salvado la vida a Schofield y él no pudo hacer lo mismo por su amigo. Schofield quería haber rematado al piloto alemán pero Blake no le dejó y el piloto acabo matando a su amigo. ¿Y si hubiese sido Blake el que hubiese ido a por agua en vez de Schofield? Blake seguiría vivo. Con la frase de el capitán Smith, mi mente se convirtió en la mente de Schofield y desatendiendo el consejo de Smith, comencé a pensar en todas las posibles opciones en las que Blake no habría muerto.


    Una gran película que muy posiblemente ya hayáis visto todos y, si no es así, aquí os dejo el tráiler para que os animéis a verla:



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