La familia del crimen (Shoplifters)
Cuando se nos presentan a la familia protagonista, todo nos parece correcto, no tenemos ninguna duda de que realmente son una familia; viven juntos en la misma casa, se preocupan los unos por los otros, gestionan juntos la comida y el dinero, etc. Sin embargo, se nos enciende una señal de alerta cuando deciden quedarse con Yuri, secuestrándola de la casa de sus padres. Aún con nuestras sospechas acerca de la unión existente entre los miembros de la familia, en ningún momento se nos ocurre pensar que no comparten vínculos de sangre.
Sorprendentemente, todo cambia cuando la policía atrapa a Shota tras huir de un hurto. A través de las autoridades descubrimos que ninguno de los personajes tienen parentesco entre sí; Aki y Nobuyo no son hermanas, Shota no es hijo de Osamu, y Hatsue no es abuela de ninguno de ellos. Nobuyo y Osamu habían construído una familia unida por el crimen y realmente sentían que era una familia. Este sentimiento de pertenencia nos llega de manera nítida a través de Nobuyo en dos ocasiones, cuando habla con Yuri y le dice que la familia se quiere, se acaricia y se preocupa por los demás, y cuando le interroga la policía y alega ser madre de Shota.
La pregunta que nos ronda continuamente al ver la película es si realmente necesitan robar para sobrevivir. Nobuyo, Aki y Osamu tienen un trabajo y Hatsue tiene una pensión, tiene ingresos legales y no gastan en el colegio de Shota y tampoco en la casa en la que viven. Además, al terminar uno de los hurtos que hace Osamu con Shota, pasan al lado de una venta de comida ambulante y compran algo de comida, a pesar de haber venido de robar alimentos. Esto nos indica que podrían llegar a vivir sin cometer crímenes y que la razón de ser de estos es mantener a la familia unida.
Koreeda decide dotar de una gran dosis de realismo a la historia en vez de tratarla de manera dramática. Las conversaciones en familia son de un carácter completamente mundano, como que Yuri se ha meado cuando dormía o cuando tiene que ir a trabajar Osamu. Y lo mismo acontece durante los robos, por ejemplo cuando Shota le está enseñando a robar a Yuri y el tendero les pilla, le pide al niño que no le enseñe eso a su hermana pequeña. Todo el largometraje se aborda desde una perspectiva muy humana que te atrapa desde el primer momento.
Os dejo aquí el link del tráiler en YouTube, echadle un ojo y a ver si os animáis a verla:
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