Sonreír a la vida (Lucky)

Lucky nos adentra en la vida de un anciano magistralmente interpretado por Harry Dean Stanton y celosamente pensado por John Carroll Lynch, que nos acompaña los 88 minutos de la película mientras le vemos hacer sus ejercicios, resolviendo crucigramas o cantando en la fiesta de cumpleaños de Juan. El tiempo parece no pasar para Lucky, lejos de perder salud, a pesar de fumar un paquete de tabaco y beber alcohol a diario, el tiempo parece haber embalsamado al anciano. A través de una secuencia de montaje muy sutil, la de la cafetería, Lynch nos enseña que el tiempo para, aunque a Lucky parezca no afectarle. Lucky vive ajeno a la realidad de la muerte, cualquier atisbo del tema que entre en su vida es descartado de inmediato; apagando la televisión cuando aparece un anuncio de seguros, increpando al abogado que se encarga de los testamentos de sus amigos, etc. Sin embargo, un día como cualquier otro por la mañan...